Ha sido una noche dura. No recuerdo el número de veces que he abierto los ojos durante la noche, pero han sido demasiadas. Puedo quedarme dormido en casi cualquier parte, pero no puedo con el sonido de los mosquitos a pocos centímetros de mis oídos.
Son las 07:00 hrs de la mañana y ya estamos remando hacia el norte. Hoy parece que el mar tampoco está en calma pero por lo menos no sopla la Tramontana que nos obligó a parar ayer por la tarde, antes de lo previsto.
La escena que contemplamos al noreste de nuestra posición es preciosa. El sol aparece sobre el horizonte y ya casi no recuerdo la mala noche que he pasado. Pensándolo bien, quizás lo que querían los mosquitos era que madrugáramos para disfrutar de una salida del sol única sin nadie alrededor.
Hoy se prevé una larga jornada en el mar y las condiciones tampoco son muy favorables. Al parecer el viento no sopla a primera hora de la mañana, pero hay un mar de fondo considerable que nos obliga a remar fuerte para poder avanzar. ¡Esto sí que es empezar el día con energía!
Al cabo de unos 30 minutos (2,5 kms) llegamos a Tamariu. Es muy temprano y son muy pocos los que pasean a estas horas de la mañana. Dejamos los kayaks en la arena y nos acercamos a una pequeña cafetería para tomar un café con leche.
Después de tomar algo de fruta volvemos a nuestra casa flotante y nos alejamos de esta bonita población.
La siguiente parada la hacemos en la cala de Aigua Xelida. Esto es muy tranquilo y relajante. Con el equipo de snorkel exploramos el fondo de roca y arena mientras nos refrescamos. Aunque el sitio es paradisíaco no queremos perder mucho tiempo y retomamos la travesía hacia el norte.
El litoral rocoso está lleno de pequeñas cuevas. Nos adentramos en casi todas ellas. La oscuridad de alguna de ellas nos obliga a equiparnos con el frontal para poder acceder hasta el final. Da un poco de miedo, pero merece la pena adentrarse para contemplar estas cavidades.
Hemos recorrido poco más de 7 kilómetros en 4:38 hrs. Queremos llegar hasta l’Estartit, pero es casi imposible no detenerse a contemplar la belleza de todo lo que nos rodea.
Me doy cuenta de que hasta hoy desconocía por completo esta zona. Pasamos por pequeñas calas de roca o arena donde casi no cabe ni el kayak. No queremos perder ni un detalle de todo lo que nos rodea, pero es tanto lo que hay a tu alrededor que se hace imposible. Debemos seguir.
Después de pasar Punta des Plon podemos ver a lo lejos las conocidas Illes Medes y sabemos que nos espera un largo camino para llegar hasta ellas.
La bahía de Pals, que separa el cabo de Begur y el macizo de Montgrí, se hace muy larga. Un fuerte viento sopla por la aleta de estribor (parte posterior derecha) del kayak. Tras una parada en la playa, por fin llegamos a l’Estartit. Compramos algo de comida y seguimos hacia el norte para hacer noche en una cala alejada de la población. Mientras nos alejamos contemplamos la belleza de les Illes Medes con las últimas luces del día.
Finalmente el día ha sido productivo y hemos cubierto una distancia de 26 kms en algo más de 12 horas.
L’Estartit – Cala Montgó (etapa no finalizada por mal tiempo)
Amanece un nuevo día. Esta noche tampoco ha sido muy buena. Dos noches seguidas casi sin dormir. Sopla un fuerte viento y no vemos el sol por ningún lado. Parece que hoy va a llover, esperamos que el día aguante para que podamos llegar a Cala Montgó.
También salimos muy temprano. Son las 07:20 hrs y en poco tiempo hemos recogido el improvisado campamento. Hacia el norte, hacia nuestro destino, el cielo está todavía más oscuro. Sopla una fortísima tramontana. Xavi y yo nos miramos, sonreímos tímidamente y sin decir ni una palabra nos alejamos del punto de salida.
Tengo un poco de miedo. El mar está realmente muy movido por causa del fuerte viento que sopla en nuestra contra. El azul turquesa del agua se ha convertido en un azul marino casi negro. El fuerte oleaje nos obliga a estar muy atentos para mantener la estabilidad de la embarcación. Lo último que quiero ahora es volcar.
Seguimos remando fuerte arrimados lo máximo posible a la roca para intentar escapar del viento, pero manteniendo siempre una distancia prudencial, pues las olas rompen con fuerza cerca de nosotros.
Avanzamos poco más de 1,5 kms. y nos acercamos hasta una motora que parece ser de la Generalitat. Uno de los tripulantes nos aconseja que volvamos a l’Estartit cuanto antes, pues la previsión es de fuerte temporal. Su rostro serio y su tono de voz no dan lugar a dudas. Sin pensarlo damos media vuelta y remamos fuerte hacia el puerto.
Esto ya no es divertido. Nos alcanza la lluvia y el oleaje nos golpea por popa, llegando incluso a romper alguna ola encima. Me siento pequeño, muy pequeño, frágil y débil. Como siempre la naturaleza tiene la última palabra y hoy no quería que llegáramos a nuestro destino. Son sus normas, y este es su juego. Esto es algo que he aprendido. Nunca puedes subestimar la fuerza de los elementos.
Finalmente llegamos a puerto. Rápidamente buscamos un sitio donde poder tomar algo caliente… ¡estamos helados!
Han sido 3 días y 40 kms de naturaleza, de agua, de mar, de vida. Y quizás ahora más que nunca pueda llegar a entender por qué hay tanta gente que dedica sus vidas a proyectos para la conservación de nuestro planeta. Quizás sea hora de volver a ver ese documental dirigido por Yann Arthus-Bertrand y Michael Pitiot llamado Planet Ocean.
Quizás sea momento de ser conscientes de que todo lo que hacemos tiene un impacto en la naturaleza. Si queremos seguir disfrutando de su belleza debemos respetarla.
Por si alguien está interesado en seguir la ruta aquí os dejo los enlaces por etapas:
Día 1. Palamós (Platja de Castell) – Llafranc (8,83 kms)